Cada gota se suma en revuelto
corriente de mar.
Voz cuántica e indolora del oleaje,
no rasguña ni muerde y no me sangra,
es eco antiguo que acuna cada piedra
y hace de mis dudas
una escalera dorada hacia el sol.
Me embiste una marina tristeza
que nada entre los peces
del cielo oceánico
que a veces habito.


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