Manual de supervivencia poética en Portugal o He dormido en muchos lugares 📓🌀

Alguna vez viajé a Portugal con poemas en la mochila,
dormí en la estación de trenes de Lisboa
vi letras brotar en los vagones de la madrugada
como quien observa la lluvia sin entender su origen.
Dormí en un muelle de Faro
me volví arena en las playas del Algarve
y encontré unas sandalias abandonadas en la orilla;
me las puse para no quemarme los pies,
caminé con la certeza de lo ajeno
del polvo que no tiene dueño.

He dormido en muchos lugares, pero ninguno como esos.
Comí bacalao en Porto y un hombre me robó la cartera
con un poema escrito en servilleta,
letras para llenar vacíos
(tal vez era el poema bueno).

Todo parecía un juego en la frontera del azar,
apreté los dientes, corrí sin punto
hasta abrazar la puerta de un hostal;
golpeé la madera y el frío me reveló
la íntima fragilidad de ser ceniza y viento.

Dormí en una Pousada da Juventude,
catorce pulmones compartiendo el aliento,
cambié un poema por una botella de agua
y descubrí el peso de la poesía.
Otro día, junto al río Tajo,
ofrecí mis versos a cambio de una caña,
intentando pescar en el río y en el tiempo
como quien busca en el agua un propio reflejo.

Las letras no me han dado nada,
nada, salvo el mundo entero.
He dormido en muchos lugares,
en Portugal supe que lo entregado
te pertenece solo en la pérdida
como un poema suelto en el bolsillo de un extraño.

La poesía es llave y umbral.

*Painting: Algarve Plein Air, Sunset, Ponte da Piedade, Marc Dalessio, 20 x 30 cm, oil on panel, 2021

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