Tengo miedo de perderte, de imaginarme que tu voz
ya no será el hilo que teje lo que siento al pensarte,
Que ya no plantaremos semillas de girasoles
para que en el patio de tu vida florezcan.
Tengo miedo de ya no escuchar contigo 101.1
De abandonar tu risa que me cura las heridas
De no sentir tu cuerpo sobre el mío y no sentir mis manos sobre las tuyas.
Ante esta revelación también confieso, que el único sentido que le encontré a este mundo
es estar contigo.
Cada mañana cuando despierto, me haces falta al lado de mi almohada;
Así fantaseo, como si realmente te tuviera en cada amanecer.
Tengo miedo, porque eres el primer hombre y al único que he decidido amar.
Me siento un cachorro rasgando la puerta de tu alma
Un Kant interpretando tus soles, tu ética y forma de ver el mundo.
Mártir de tus penas y de cada palabra que no decimos.
Me ahogo en sentimentalismos de un tarro con miel
Y condeno mis caricias en esta carta aún no comprendida.
Que de entenderla, suspenderías tu lectura y sólo me besarías.
Deja una respuesta