¿A qué saben las voces libres,
la justicia desatada,
el ciudadano sin temor?.
¿A qué saben las penas sin consuelo,
un sombrero sin cabeza que cubrir,
la libertad desierta
las leyes con vestido blanco y manchas de café
derramado por la insensatez de una burocracia?.
¿A qué sabe la palabra en soledad,
una mirilla sin dirección que apuntar?
¡Dime a qué sabe porque no lo sé!
Mi sentir ha sido mutilado por las cuchillas del poder,
ya no veo, siento, huelo o escucho a la patria alegre,
aquella patria, la que sus amantes presumen.
Hombres cardiacos y uno que otro letrado
le han mentido a la verdad, a tantos esclavos
que en su trabajo de cargar a una nación en las espaldas
sudan promesas que se les resbalan por las piernas.
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