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Aguarda tras la puerta, nadie la abrirá.

Mira por el picaporte al pasillo maltratado por el paso de extraños

que en cada huella dejan lágrimas y el dolor de los talones,

avanzando un poco más hacia la pesadez de la luz de día, de las noches sinceras.

Aguarda tras la puerta, nadie la abrirá.

Sé que esperas mi llegada,

entre cada segundo sé,

que dejaste las ventanas abiertas para que la brisa

al menos te consuele y toque tu cara, tu vientre y los recuerdos

(a ver si con suerte se los lleva ).

Aguarda tras la puerta, no te canses de esperar.

Regresa a tu ventana;

vuela libre, muy lejos.

Intenta irte no sólo una, tal vez dos..ó cien veces,

aunque te olvides de mi entre tanto número y al llegar a ciento uno

veas mi rostro figurado en algunas otras manos,

en algunas otras curvas y en otros lunares que esperan ser vistos por tí

(en alguna parte de este fértil mundo).

Márchate, deja la maleta vacía,

hay tantas cosas nuevas que querrás conservar en el camino,

toma todo lo que puedas hasta que tus manos estén llenas y entumezcan,

así sabrás del dolor, el peso de los recuerdos que son nada,

a comparación de los tuyos que guardo dentro y no dejo salir a tomar el sol

(por el patético miedo a que se vayan).

Aguarda tras la puerta, sólo si tienes miedo de partir.

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